martes, 9 de abril de 2019

Las Mujeres de mi Vida

Noviembre de 2014

Pertenezco a dos familias; la de mi madre y obvio la de mi padre, la primera creció tanto y derivó en muchas familias, que es imposible evitar los conflictos y discusiones, es tan difícil ponernos de acuerdo hasta para la mínima cosa, hay amor pero la cercanía lo hace tan estorboso que es imposible disfrutarlo. La segunda familia es menos numerosa, el amor no se dice con palabras se demuestra, hay conflictos desde luego pero son los menos. Como sea uno no escoge a sus parientes, la he pasado muy bien de ambos lados, sinceramente mas cargado hacia la familia de mi madre; por cuestiones antropológicas, creo.

En ambas situaciones he tenido la enorme fortuna de compartir con mujeres valientes, enfrentaron situaciones muy difíciles desde siempre, por ejemplo mi abuela materna un día decidió dejar la vida de rancho allá en un pueblo alejado de Michoacán, tomó hijas, chivas, motetes y hasta su suegra, trepó todo y a todas a un camión para ir a buscar un mejor destino, el pensamiento era simple aquí no tengo nada nos estamos muriendo de hambre, con suerte a donde voy encontremos algo mejor, desde luego que mi abuelo no estaba muy convencido, el pedo es que no estaba para impedirlo, pues se había ido de mojado al otro lado; cuando volvió no le quedó más que seguir a sus mujeres, mi abuela murió hace casi un año espero que haya encontrado eso que salió a buscar hace tantos años ella se llamaba Isabel - mi mamá Chavela, le decía, de puritito cariño-. Otro ejemplo de valentía es de mi abuela paterna se quedó viuda muy joven, afrontó la vida así, ella es de Guerrero, la gente de tierra caliente es muy valiente y con un corazón enorme, -cocina increíble, ella prepara el mejor pozole y los mejores tamales de carne y de flor que jamás he probado, ni probaré- nunca preciso de otro hombre para abrirse camino, siempre muy recta sin expresiones amorosas o cariñosas si te ama te lo demuestra con todo su ser, su nombre, María, también, valientemente un día dejó su pueblo en la sierra de Guerrero, y se mudó a la capital.

Mi madre, es el ejemplo de valentía más directo, el más inmediato que tengo, un buen día le tocó afrontar su destino de golpe, le toco librar la más dura y cruel de las desventuras, dejó a un costado sus sentimientos y sus sueños por este que les escribe, -fue de telenovela, pero sin el drama y sin tanto desmadre- mi más grandes respetos para Ceci, así igualito una de sus hermanas enfrento algo similar, estoicas y entrándole al toro por los cuernos, rescataron su suerte del suelo saliendo victoriosas y con mucho orgullo. Yo no sé por que la vida es tan caprichosa, que pareciera reciclar esos momentos y te los repite pero en tu descendencia, como reflejos inalterables, desde aquí mi mayor admiración a mi hermanita, esta semana llegó mi tercer sobrino, es una chingona una guerrera, no sólo domó el toro solita sino que salió del ruedo en hombros, es una valiente, te amo July.

Dije al principio que había muchas valientes en mis familias, las hermanas de mi padre son otro ejemplo de lucha constante y de alegría, son las mujeres más leales que conozco - buenas para pistear, ni el más chingón las tumbaría jamás, bueno ni mi apá- han trabajado toda su vida, para su familia, siempre al ladito de sus hombres, codo a codo cómo se dice.

Que decir de mi compañera de tantos años, espejo de mujer mexicana, que ha sabido llevar y sobrellevar siempre con una sonrisa en los labios el cáliz amargo que significa ser pareja de un diseñador gráfico, con ilusas aspiraciones literarias. Aguantarme no es fácil, pero amarme tiene sus buenas recompensas, dice que cocino mucho mejor de lo que hago otras cosas.

Y pues mi Valentina hermosa, en el nombre lleva el resumen de todo esto que les digo, quien la conoce sabe que es una guerrera y un amor mi pequeña muñequita de pastel, que recientemente comenzó a enfrentar la vida escolar y va con todo.

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