sábado, 12 de septiembre de 2015

Álvarez Daniel Arturo

Hace poco, poquito tiempo supe el origen de mi nombre y apellidos, más bien me enteré del porque me llamo cómo me llamo, tal vez no sea la gran historia pero a mi me agradó la forma en que se dieron los sucesos que a continuación trataré de explicar, como siempre nadie me pidió escribir esto así que si no te late, llégale con toda confianza.

Todo inició el día en que mi bisabuela planeó el bautizo de mi abuelo materno y con el su nombre, parece ser que por aquellos años,  hablo de chingo de años atrás la distancia de la ranchería donde vivían a la iglesia más cercana estaba a horas y eso andando a caballo, de tal suerte que pidió a los futuros compadres ellos se encargaran de todo, confió en ellos a su hijo y la manda si no más importante si el motivo de este asunto, les encomendó encarecidamente le pusieran Saúl como nombre.

Con esa empresa por hacer tomaron camino, mi bisabuela conforme sólo espero, supongo. Al cabo de varias horas los nuevos compadres aparecieron, cansados, hartos del largo viaje entregaron al recién bautizado, el documento de la iglesia que lo acreditaba como un nuevo miembro de la comunidad religiosa, y sin decir agua va!! le hicieron saber que a ellos no les pereció apropiado el nombre que ella había decidido, por ser poco común, feo y de poca monta, así que pelotearon la idea y llegaron a la unánime decisión de llamarlo Arturo.

¡Madres! ¿que fuerte no? yo los madreo en ese instante, pero mi bisabuela era más inteligente y mucho, pero mucho más paciente y compresiva de que yo podría llegar a ser, aceptó la realidad y no hizo nada por intentar corregir esa mala pasada de los compadritos.

Años más tarde, mi madre sabiendo de memoria esta historia decidió que si un día tenia un hijo corregiría esa mala obra, y pues ahí esta el origen de porque me llamo cómo me llamo, el segundo nombre que llevo es por mi abuela, decía que para ella le parecía un angelito y convenció a Ceci de poner los dos nombres en mi acta de nacimiento.

El origen de mi primer apellido no es menos interesante para mi, dice mi padre que había una tradición muy arraigada de ir alterando el apellido principal de la familia cada dos generaciones, y se cambiaba por el nombre del Bisabuelo, así que de ser Álvarez el apellido de mi padre este se suprimió y quedo el nombre de don Faustino, cómo el apellido, mismo habría de quedarse pues ya no se siguió la tradición, si no mi hija sería Valentina Daniel, y por otra parte si no se hubiera cambiado yo sería Saúl Álvarez, así cómo el falso e inflado boxeador.






martes, 8 de septiembre de 2015

¡Entonces habría que amputar el cachete!

Recuerdos de secundaria, tuve la fortuna de pertenecer a dos grupos el "B" y el "F" un ciclo con el primero y los últimos dos con el segundo, esto me dio la enorme satisfacción de poder conocer chingo de gente y de hacer excelentes amigos, también estuve en dos talleres, Electricidad y Contabilidad, del primero recuerdo a un compa llamado Hugo, y lo rememoro porque un día ese vato traía una lagartija amaestrada o eso creía el y yo también, se le ocurrió tratar de espantarme en plena clase de amarres eléctricos y conductividad, colocando de manera sigilosa dicho reptil cerca de mi mejilla derecha, el plan era sencillo; en cuanto sintiera la presencia de esta cosa yo voltearía y me espantaría, y funcionó, ¡funcionó perfecto!, el pedo es que ambos, lagartija y yo nos espantamos por igual sólo que ella de susto se defendió, brincó y se aferró con sus mandíbulas y todas sus diminutas, diabólicas y jurásicas fuerzas a mi cachete, me mordió la culera!!. Hugo también se espantó supongo, o se rió, o se rieron todos, -esto último es lo más factible-, no recuerdo bien que sucedió después, lo que sí recuerdo es que llegué al centro de salud que estaba a la vuelta de la escuela aún con ese animal colgando de mi cachete y a una malvada enfermera riéndose de mi desgracia y amenazando con que si al colocar una gasa con agua oxigenada en la mordida ésta hacía espuma seguramente la lagartija no era lagartija sino una alimaña ponzoñoza de veras y por consecuencia habría que amputar el cachete.
Del segundo taller que les digo? no hay mucho salvo que ahí estaba ella...