viernes, 19 de agosto de 2022

Eh Vato, lo logramos mi chingón...

¿Recuerdas esa rolita de Bronco, donde relataba la desgracia de una profesora que enseña hasta el código postal cuando se cae en plena clase?

Por alguna razón mientras el enfermero me llevaba a la sala de Rayos X, la iba tarareando, vaya es algo muy natural supongo, y más si te acabas de meter un retroputazo que no solo desacomodó extremidades también sacudió ideas y recuerdos, trataba de reír mientras la silla rodaba pero al mismo tiempo estaba bien sensible al borde del llanto; iba otra vez por un pasillo de hospital, esos lugares huelen igual todos, la iluminación y la frialdad es la misma en todos, deprime y trae recuerdos agobiantes que trataba de apaciguar sin mucho éxito, haaaaasta que el compita que me empujaba me dijo algo que me hizo reír y al pasar de los minutos me relajó mucho; yo iba en la silla de ruedas sin playera, él tomó una batita de hospital, y me soltó un... "Ten tápate, pareces boxeador mano, nombre porque ya conozco a estas cabronas, me las vas a alborotar, ahorita ya no tardan en venir y venir a acosarte" Supongo que solo trataba de hacerme sentir menos peor...

¿Cómo por qué putas llegué a la sala de urgencias de un hospital?Fácil, quería, anhelaba muy cabrón por fin tener una medalla ganada por mi esfuerzo en un deporte, ¿Te suena irracional? puede ser, pero pues aquí aplicaremos la ya vieja conocida; "pues cada quien" ¡Ja, ja, ja, ja, ja! El punto es que unos cuantos minutos antes en medio de mi entrenamiento final para una carrera de obstáculos, no libré muy bien una barra de equilibrio y más rápido de lo que lo pueda recordar, ¡Madres! el tobillo derecho se me torció a medio andar y pues perdí justo lo último que debía perder: el equilibrio, cayendo sobre ese mismo pie y enseguida con todo mi peso sobre mi pierna y el brazo izquierdo, y ahí estaba con el el cuerpo todo descompuesto doblado de una manera muy, pero muy antinatural.

Para mi era muy importante ese entrenamiento y esa carrera y la medalla, porque traía un pendiente con eso que le llaman "Niño Interior" —Me cuesta aceptar que ese concepto es real, sin embargo hay evidencia de que sí lo es, aunque creo que en realidad es una forma de romantizar con un nombre lindo e inocente a las carencias emocionales o sufrimientos de la infancia—Habrá quien lo puede superar sin necesidad de ningún trabajo o restauración emocional y tal vez para muchos se nos convirtió en una lista de pendientes que nunca se pudieron tachar como concluidos y heridas a las que los curitas no ayudaron mucho que digamos, lo cierto es que el pasado es un puto lugar sombrío, oscuro entre neblina, con características y cualidades que tienden a exagerarse; buenas o malas da igual, todo se exagera, pero además de alguna forma conserva un poder sobre nuestro presente que si lo dejamos se extiende como moho y hace todo más difícil.

Y sí, de alguna manera quería gritarle a ese morrito tímido con zapatos ortopédicos y mangueras a la cintura y que nadie escogía al momento de jugar fucho o correteadas en el recreo, ¡Eh perro mira, lo logramos we! tenemos una medalla, la ganamos nosotros solitos mi chingón.

Por eso me ardía en la cola no haberlo logrado, chale, le fallé, eso pensaba y me atormentaba con muchas ideas similares, era un puto fracaso y odiaba escuchar "Por algo pasan las cosas" "Por algo no fue" eso me hacía emputar más, yo que me había preparado chingón, le jugué al deportista de alto rendimiento, corría en las mañanas no bebía alcohol ni fiesta y por las noches le daba duro a jalar al Gym, me costó soltar la autoflagelación porque soy experto en eso, sin embargo al pasar las horas, los días dejó de doler, solo lo acepté y reflexioné en qué sí le puedo presumir a ese morrito cachetón con la patita enyesada y muletas, que al final no nos quedamos a ver la vida pasar en una silla de ruedas o en un sillón con tele y videojuegos como estaba sentenciado, si le puedo gritar "¡Eh vato, al final nos quitamos telarañas de la puta cabeza, we sí pudimos, eh vato logramos subir y bajar montañas y en vans we! ¡Y andamos en bici pa' todos lados mi chingón, lejos y nada nos detiene y nos valemos por nosotros mismos! 

Porque al final la fuerza ganada por el entrenamiento prevalece, está ahí, tengo buen colágeno aún, a pesar de que siento clarito como el cuarto piso me respira en la nuca, no se me rompió nada, solo fue una mala tarde y ya está. 

Tal vez solo es la vida diciéndome: "Eh vato, relájate un chingo we, a ver papi detente, vamos a reflexionar, date un descansito, una pausita mi chingón". Así lo tomo, porque así debe ser, te caes el orgullo te levanta y te sacudes y a darle.

Hubo mensajes y ayuda a madres de banda que no me dejó caer en depresión, que me acompañó y aconsejó y eso está bien lindo, como mi compita Orlas que es un lindo de verdad, que desde el gabacho vino únicamente al hospital por mi y se pudo llevar mi nave. 

Seguramente habrá otra oportunidad para darle al vatito que habita mis traumas internos una medalla, ya vendrá otro Spartan para correr y sabré que hay limites que justo por eso se llaman límites; que hay que conocerlos y respetarlos y no jugarle al chingón.