martes, 9 de abril de 2019

Oooootro asalto más!!

Marzo 2015

Transporte público, Mundo E stúpido, se trepan dos monos, en un segundo vacían a toda la banda!! es decir, celular a la chingada!! así que por un rato recuperaré mi libertad, me quitaré el yugo de los aparatos esclavizadores esos,- si antes uno era feliz, en que pinches momento se apoderaron de mi- cuídense estos hijos de puta no se andan con medias tintas...
Ya saben, no faltó la chica embarazada, la señora que violentan, llora mucho pero que hábilmente trae dos telefonos -al final le habla a toda la familia obvio, llorando- también la adolescente que acababa de sacar su iPhone en copel, por supuesto estaba el vato que al final asegura que la pistola era de balines, que estuvo apunto de darles la vuelta a madrazos, ahí también el wey que ni por enterado y por último yo, viendo de nuevo la misma película sin hacerla de pedo, -antes pensaba que la vida va y biene pero un Nokia cuándo- ahora ya francamete lo material me vale tres metros de... ya saben que!!
La neta la próxima vez que me suba a cualquier transporte y haya dos o más individuos con las características citadas me voy a pinches bajar de inmediato.
Si tienen algún aparato móvil por ahí en algún cajón, se los puedo aceptar, con toda la humildad del mundo que un semigodinez pueda contener en su tupper.
Buen Fin!! 
P.D. Ninguna marca mencionada me pago ni madres, fueron citadas con fines ilustrativos y de comparación. Me caga que telcel gane 58 pesos cada vez que me roban, esto por concepto de recuperación de línea, hijos de la rechingadita. Perdieron las Aguilas... en definitiva no es mi día.

Un día del Padre...

Junio 2015

La Danza de los Viejitos y el Jarabe Tapatío son dos insufribles e imborrables recuerdos de carácter mártir, y es que para bailar soy malo, le echo muchas ganas pero soy muy malo y si es bastante horrible — un poco más tal vez que cuando fui chambelán de mi hermanita, que aunque igual de difícil y desesperante ya era más consciente— esos bailes entre muchos otros eran parte de un ritual que también incluía melones partidos por la mitad rellenos de nieve de limón, fresas con crema y algún regalo sorpresa para festejar a la Madre. 
Yo intente o más bien me obligaron a participar en esos bailables, de los que mencioné el primero es denigrante el segundo más o menos podría pasar, en fin, es algo que no se pude cambiar, todo este preámbulo sólo es para decir que hoy me toco asistir a mi primer festival como festejado, hoy en la escuela de Vale festejaron al los padres, mi pequeña no bailo nada elaborado ella recitó un hermoso poema, canto un par de canciones todo en colectiva, con toda la actitud y con toda la energía del mundo no es que el festivalito estuviera mal pero se ve que la Mamá es la Mamá, me refiero a la parafernalia y fiesta el día del padre está en pañales pero ahí va, lo disfruté me lo llevo para mis recuerdos y demonios, no estuve pegado a una tablet o a la cámara del celular, puse atención a mi hija, a sus compañeritos, puse atención a los detalles, imagine cómo se sintió mi madre cuando me vio bailar y me consolé pensando que seguramente lo disfruto y amó ese momento, —antes no se andaba uno fijando si la foto salía o no, antes no ponías más atención en si la cámara graba bien o no cómo ahora, en vez de atender lo realmente importante— fue un festival rápido, concreto sin tanto romanticismo innecesario, al fin para papás, para machos, y se agradece bastante.

Nostalgias

Hubo un tiempo en que éste pasaba lento… muy lento… los días eran largos, los años eternos y las navidades que probablemente era mi época favorita, dilataban mucho en aparecer en el horizonte del fin de año… un presidente duraba seis años en ser cambiado, para mi eso representaba una eternidad, era mi escala para determinar un chigo de años pues es la cantidad de grados insufribles que duró mi educación primaria que se me hizo y sigue siendo una maldita eternidad… Hoy los días, meses y años se van tan rápido que no me doy cuenta, si me hubieran platicado las cosas que vería juro que no lo creería… cuando niño escuché mentar mil veces a dos Fideles, uno el dirigente cubano y otro dirigente eterno y etéreo de una confederación de trabajadores, había muchas bromas y caricaturas políticas de ambos como fósiles de la historia diaria, pues me toco saber de la muerte del segundo. Mucho se hablaba de una tercera Guerra Mundial, y que sería de consecuencias devastadoras así que cuando la Guerra del Golfo sufrí y me dio un terror saber que pronto acabaría nuestro mundo… — tal Vez Terminator 2 tuvo algo que ver—, obvio no pasó, peeeeero que tal la muerte de Colosio, tsss a mi edad fue un madrazo, sin querer y sin buscarlo mi papá estaba siempre al pendiente de las noticias, lo recuerdo viéndolas en TV por las noches, o el radio antes de iniciar el día y hasta los sábados con su periódico, así, aunque no lo buscará pues había noticias por doquier, cómo el día en que murió Cantinflas, las veces que vino el Papa a México, o ver perder unas elecciones al PRI, eso si jamás lo hubiera firmado, sin embargo me toco verlo y tristemente me toco verlo regresar al poder… HDP!! 
Logré aún ver y poner uno que otro disco de acetato, también, gracias a una pluma insertada en un cassete, recorrí y puse una y mil veces esa maldita canción que me hacía recordar a una niña de secundaria… pondría su nombre pero no quiero avergonzarla… 
He visto cómo los dispositivos de almacenamiento de información cada día son más diminutos, me toco estar toda la noche descargando una sola canción en NAPSTER… vi nacer y vi morir al messenger, al HI5 y cómo Whats APP y Facebook ganaron terreno y parecen inmortales, —cómo los Fideles, pero si algo aprendí es que nada es eterno, solo Castro ese cabrón si es eterno— jugué Atari y Mario Bross, fui de los primero en buscar trabajo en OCC, — y encontrarlo claro, nunca use el periódico para ese fin—, he sido testigo del cambio de varios Pontífices en tan poco tiempo que es extraño, incluso vi renunciar a uno ja ja ja, eso, eso si es inaudito… también vi escapar dos veces al Chapo —chiale— , la caída de las torres gemelas… Que tal el encarcelamiento de Elba Esther tssss, y cómo los dispositivos móviles se van apoderando cada día más y más de nuestra voluntad, seguro hay mil cosas más de las que mi generación de secundaria ha sido testigo pero ya es algo tarde y hoy la inspiración se me esta fugando…

Cómo pasar la noche un OXXO y no morir en el intento

3:40 am, lo sé porque acabo de revisar el reloj, pero principalmente lo sé porque alguien me despertó, un leve toque en el hombro fue suficiente y paré de roncar, cuando despegué mis pestañas vi a un joven de uniforme naranja con amarillo de aspecto amable pero directo, estiró la mano y me dio un paquete de papel higiénico pétalo de cuatro piezas, dijo que esos son lo mejores para descansar la cabeza si te quedas dormido en una banca del OXXO.
¿Cómo llegué aquí? ¿Y por qué en lugar de estar en mi cama, estoy en una banca más dura que las piedras? Aaah sí!! Ya recordé, básicamente es por caliente, si así es, por caliente!!, creí que podría pasar una noche muy chingona y coger con una chica y que además sería fantástico, tomando en cuenta mi poca, casi nula experiencia sexual su oferta me resultó más que atractiva y conveniente, me retumbó en la cabeza horas y horas hasta que me ganó lo animal.
Lo del amanecer en un OXXO se lo debo realmente a mi buena suerte, pude haber pasado la noche bajo un puente o en un parque o sepa dios con tantos peligros que hay estando de noche y algo lejos de casa. Realmente si no cogí con ella, no fue por mi inexperiencia sino porque creo en el karma y en las buenas costumbres de las familias.
Por aquellos días yo tenía una linda novia, amable y compresiva, de sentimientos muy nobles, se preguntarán que buscaba con otra mujer, —si regresan al segundo párrafo casi al final, ahí lo dice claro— pues bien a la otra mujer la conocí en la fila de un módulo para tramitar la credencial del IFE, —necesitaba ese plástico para poder ir a chupar sin la necesidad de sobornar a nadie y para dejar de causar molestias a mis compas, es muy gacho acabar con la fiesta antes de que esta comience, varias veces nos regresamos porque yo no tenía como comprobar mi edad, obvio eso implicaba desde burlas hasta insultos e improperios varios, que está de más detallar— volviendo a la fila para tramitar la credencial, era muy larga, varias veces estuve a punto de claudicar; pero me mantuve en ella, después de varios minutos con el sol a plomo y harto de esperar, en un descuido cayeron de mi mano los documentos que me pidieron para el trámite, y ahí estaba ella, muy amable y guapa, vestido corto, sandalias doradas, una piel morenita y ojos realmente verdes, me ayudo a levantarlos, creo que todos porque me atrapó su linda cara y ahí también se chingó la cosa, antes de este incidente no sabía ni que existía, nunca me percaté de su presencia detrás de mí, en fin comenzamos una platica agradable, amena en verdad, le agradezco que las dos horas siguientes antes de que nos atendieran se fueran más rápido. El proceso pasó, la foto la firma la entrevista, etc. nos esperamos, me dijo donde vivía, que estudiaba, en fin, conectamos chido.
Hubo muchas preguntas pero la obligada de ambos, fue para indagar la existencia de algún novio o novia, aunque no se crea, yo no negué nunca que tenía una relación, ella en cambio dijo que estaba libre y feliz, que recién salía de un noviazgo tormentoso. Casi sin darme cuenta la acompañé hasta su casa, ahí nos despedimos muy chido, intercambiamos teléfonos, —de casa, antes no era tan pinche común el celular— Aún no llegaba bien a mi hogar y ya me estaba llamando, cuando atendí sólo dijo que creyó por un momento en que le había dado un número falso, agradeció la compañía, la platica, reafirmó que le caí muy bien y me invito a una fiesta sería el fin de semana siguiente en la noche, me esperaría en su casa a las 8:30 y por favor, que no faltara.
Llegó el viernes y yo con el tempranito en la universidad mis clases pasaron cómo debían pasar, tres de la tarde todavía no he cometido nada indebido, y ya me sentía algo extraño al final mi cita de la noche sólo me invitó a una fiesta, pero por obvias razones no le platiqué nada a mi novia, seguro estoy que si a ella le hubiera pasado esto y me lo cuenta, la corto en ese instante. 
Me despedí de mi chica, de mis compas y me conduje a casa, nada de ir a los Remos, nada de ir al Tercio o comparar caguamas y beber atrás del taller de serigrafía, —una bonita tradición de aquellos tiempos, en realidad podía ser cualquier día de la semana pero los viernes era mucho más común porque adquiría un tono de ritual— tenía el pretexto exacto para no quedarme más tiempo, pues asistía a un curso los sábados por la mañana, argumenté tarea y un examen, por lo que la despedida fue rápida.
Un camino largo y tedioso me esperaba, poco más de una hora y media hasta mi casa, son casi las cinco de la tarde y entraba directo a la cocina buscando comer algo, después hacer la tarea de mi curso y alistarme para la cita, ya estaba emocionado y me emocioné más cuando mi amiga recién conocida me marcó para confirmar que iría con ella, yo tenía unas dudas pues no estaba claro si la fiesta sería en su casa, a lo que contestó que no, que sería donde su mejor amiga pero remató con algo muy pero muy perturbador pues me dijo que no me preocupara por el regreso pues prometió que después del festejo podría quedarme en su casa, en su habitación y todo esto con un tonito muy coqueto y seductor que no fue difícil terminar de convencerme. 
Los siguientes instantes pasaron más lento que la fila en la que estaba antes de conocerla, honestamente se me hacía tarde para llegar con ella, imaginaba cómo y que haríamos estando solitos, inventé a mis padres que saldría con mis compas que me quedaría en casa de uno de ellos y no hubo mayor problema.
La hora llegó, estaba tocando el timbre en casa de Carolina a la hora acordada ella aún se estaba arreglando, su mamá y su hermana me invitaron a pasar, la casa era pequeña pero muy agradable con una decoración sencilla pero de buen gusto, paredes blancas relucientes, en unos pasos estaba en la sala, era de color negro muy cómoda me senté, y observé a Carolina mi nueva amiguita, ella salía corriendo de una habitación que supuse era el baño, se dirigió hacia el fondo donde había unas escaleras de madera y debajo de estas la su habitación, ya que mi imaginación y mi condición de cavernícola me dibujaban un futuro muy caluroso, podía adivinar que la habitación de sus papás y de su hermana estaban en la parte superior al final de esas benditas escaleras. Caro apareció después de unos minutos, bárbara, tremenda, en unos pantalones blancos ajustados, algo transparentes que dejaban apreciar muy bien la forma de su cuerpo, su piel morena se veía más brillante con una blusa azul de bolitas blancas, un escote de holanes y encaje que terminó por desbaratar mi cordura, me saludo amable y coqueta asumió que yo me había presentado ya con su familia y ,sin decir más; nos fuimos a la fiesta.
Un par de colonias mas adelante estaba lo que ella llamaba fiesta, en realidad su amiga estaba festejando su embarazo, era una reunión familiar con pollo frito de un coronel muy famoso con nombre de ciudad gringa complementos y cervezas para compartir, Carolina paso un buen rato platicando con la futura madre, yo cené algo y bebí poco, me preocupaba y me ocupaba la imagen que daría más tarde en la habitación debajo de las escaleras, después de unas cervezas Caro tomó mi mano y me acercó a ella supuse que hablaba de mi con su amiga por las risas y comentarios en voz baja, me miro y me besó, fue algo agradable y lindo para ser la primera vez después vinieron más y más besos, mucho más intensos y cálidos en un instante me apartó hacía un balcón y me preguntó ¿qué somos? Me quedé mudo pues hasta entonces mi novia no se había aparecido en mi conciencia y fue hasta que lanzó su pregunta cuando recordé mi relación, yo dije que no sabía que éramos pero que me gustaba así sin ponerle etiqueta ni nombre, al menos por el momento, mis palabras creo que la ofendieron e hizo un pequeño mocodrama, pero bastante incomodo, logre calmarla y entendió mi situación o al menos eso me hizo creer, los besos siguieron y en el momento menos esperado escuché de sus traviesos labios la frase esperada, “En cuanto quieras nos vamos”, en cinco minutos ya estábamos fuera y en camino, 11:30 pm estábamos entrando a su casa, me dijo, espera aquí en la sala avisaré que ya llegué, me dejó otro beso con mordida y subió a prisa con ese pantalón blanco tan bonito, me dejó con los nervios y las ganas hechos un desmadre.
Revisión y auto-exploración de puntos de seguridad; peinado, aliento, condones todo en su lugar y sin novedades, nervios y ganas malditas ganas a tope, Carito apareció después de unos minutos, sin decir mucho más de lo necesario y con una cara algo triste me despidió, casi las 12:00 de la noche estaba cerrando la puerta en mi cara, al fondo escuché la voz de su papá algo enérgico y determinado que preguntaba si ya me había ido.
Ahí estaba yo a la mitad de la colonia, una colonia desconocida sola, sin un gramo de amabilidad de mi Caro para haberme llamado un taxi, exiliado ya sin ganas de sexo creo, más bien con ganas de llegar a casa. Caminé entre la noche hacía la entrada principal del fraccionamiento lo primero que se me ocurrió fue esperar un taxi de los que iban entrando a dejar a los residentes, creo que mi aspecto de desterrado les hacia acelerar en cuanto me acercaba pidiendo el servicio. Sin exagerar, me senté en la banqueta junto a un poste con una luminaria medio desgastada y titilante, ya no había opciones ni nada, sólo nervios y ese sabor amargo en la garganta cuando hay incertidumbre y temor.
Después de muchos intentos fallidos de conseguir transporte me dirigí más derrotado y más resignado a un OXXO que estaba a la vuelta, compré un café y me senté a esperar o más bien fingí esperar que hacer el plan se iba dando conforme avanzaban las acciones, ese vasito me duro bastante rato, al cabo del cual el dependiente se acerco y me preguntó si estaba bien, ¿qué le debía decir? “ básicamente soy un perdedor se me escapó viva la paloma y no tengo cómo irme a mi casa”, no dije nada, su atención fue muy amable, dije que esperaba a alguien que había quedado en pasar por mi, ofreció su teléfono para que llamara y fueran por mi al OXXO exacto, opté por fingir que lo hacia y que nadie contestaba, me dijo que en el fraccionamiento había cuatro tiendas similares que tal vez ese era el problema e insistió en que indicara que era el de la segunda sección, que marcara las veces que fuera necesario, obviamente no le podía hablar a Ceci, me madrearía y francamente no tenía a nadie para ese tipo de paros. — Espero realmente que cuando tenga una emergencia y requiera un teléfono alguien me lo pueda facilitar cómo aquella noche­—
Fielmente creo que el encargado se dio cuenta de mi desgracia; simplemente se apiadó de mi con un poco de pena ajena ya que supo que nadie iría por mi, y ya no insistió, compré un café más y regresé a mi banquita siendo casi las 2:00 am. Todo parecía tranquilo, unos cuantos borrachos y tercos, nada extraordinario hasta que aparecieron como horda de zombis varios vatos y morras saqueando el establecimiento en una forma sistemática, unos cuantos se formaron en línea de cajas la mayoría se disipó por los pasillos, vi como tomaban cervezas y viñas y las etuzaban entre chamarras largas, lo mismo con botanas y lo que se pudiera, mi amigo el dependiente no podía hacer nada ante tal situación intento detenerlos y cobrar pero en minutos ya se habían retirado, en un par de autos sin placas, mientras esto pasaba el ya había hecho el llamado a la policía con un botón de pánico, los oficiales llegaron sólo para escucharlo, pedirle que cerrara y sólo atendiera por ventanita ya que estos ratas traían racha pues en las otras tiendas del fraccionamiento habían pasado a surtir su fiesta con la misma dinámica. Que pinche consuelo ¿no?. Si me saco un pedo esa situación entre tanto yo creí que mi ángel protector de la noche me botaría a la chingada, no fue así pues me quedé dormido y sólo me despertó para hacer menos duro mi sueño con un paquete de papel higiénico que usé como almohada, mismo que cuando amaneció compré como suvenir junto con otro café, me despedí, agradecí infinitamente el parotototote y llegué con mi almohada improvisada a casa muy temprano quedando bien con Ceci y don Alfonso pues estaba a tiempo para ir a mi curso.
De Carolina no supe mucho más, francamente no quise ni buscarla estaba herido en mi orgullo, alguna vez habló para pedir disculpas no recuerdo si le conté mi aventura, cómo sea tal vez me lo tenía merecido por andar de caliente, aquí entre nos lo que más me ardió es que esa noche frente a sus escaleras no tuvo el valor de desafiar el mandato de su padre, yo muy bien sabía como guardar silencio.

Las Mujeres de mi Vida

Noviembre de 2014

Pertenezco a dos familias; la de mi madre y obvio la de mi padre, la primera creció tanto y derivó en muchas familias, que es imposible evitar los conflictos y discusiones, es tan difícil ponernos de acuerdo hasta para la mínima cosa, hay amor pero la cercanía lo hace tan estorboso que es imposible disfrutarlo. La segunda familia es menos numerosa, el amor no se dice con palabras se demuestra, hay conflictos desde luego pero son los menos. Como sea uno no escoge a sus parientes, la he pasado muy bien de ambos lados, sinceramente mas cargado hacia la familia de mi madre; por cuestiones antropológicas, creo.

En ambas situaciones he tenido la enorme fortuna de compartir con mujeres valientes, enfrentaron situaciones muy difíciles desde siempre, por ejemplo mi abuela materna un día decidió dejar la vida de rancho allá en un pueblo alejado de Michoacán, tomó hijas, chivas, motetes y hasta su suegra, trepó todo y a todas a un camión para ir a buscar un mejor destino, el pensamiento era simple aquí no tengo nada nos estamos muriendo de hambre, con suerte a donde voy encontremos algo mejor, desde luego que mi abuelo no estaba muy convencido, el pedo es que no estaba para impedirlo, pues se había ido de mojado al otro lado; cuando volvió no le quedó más que seguir a sus mujeres, mi abuela murió hace casi un año espero que haya encontrado eso que salió a buscar hace tantos años ella se llamaba Isabel - mi mamá Chavela, le decía, de puritito cariño-. Otro ejemplo de valentía es de mi abuela paterna se quedó viuda muy joven, afrontó la vida así, ella es de Guerrero, la gente de tierra caliente es muy valiente y con un corazón enorme, -cocina increíble, ella prepara el mejor pozole y los mejores tamales de carne y de flor que jamás he probado, ni probaré- nunca preciso de otro hombre para abrirse camino, siempre muy recta sin expresiones amorosas o cariñosas si te ama te lo demuestra con todo su ser, su nombre, María, también, valientemente un día dejó su pueblo en la sierra de Guerrero, y se mudó a la capital.

Mi madre, es el ejemplo de valentía más directo, el más inmediato que tengo, un buen día le tocó afrontar su destino de golpe, le toco librar la más dura y cruel de las desventuras, dejó a un costado sus sentimientos y sus sueños por este que les escribe, -fue de telenovela, pero sin el drama y sin tanto desmadre- mi más grandes respetos para Ceci, así igualito una de sus hermanas enfrento algo similar, estoicas y entrándole al toro por los cuernos, rescataron su suerte del suelo saliendo victoriosas y con mucho orgullo. Yo no sé por que la vida es tan caprichosa, que pareciera reciclar esos momentos y te los repite pero en tu descendencia, como reflejos inalterables, desde aquí mi mayor admiración a mi hermanita, esta semana llegó mi tercer sobrino, es una chingona una guerrera, no sólo domó el toro solita sino que salió del ruedo en hombros, es una valiente, te amo July.

Dije al principio que había muchas valientes en mis familias, las hermanas de mi padre son otro ejemplo de lucha constante y de alegría, son las mujeres más leales que conozco - buenas para pistear, ni el más chingón las tumbaría jamás, bueno ni mi apá- han trabajado toda su vida, para su familia, siempre al ladito de sus hombres, codo a codo cómo se dice.

Que decir de mi compañera de tantos años, espejo de mujer mexicana, que ha sabido llevar y sobrellevar siempre con una sonrisa en los labios el cáliz amargo que significa ser pareja de un diseñador gráfico, con ilusas aspiraciones literarias. Aguantarme no es fácil, pero amarme tiene sus buenas recompensas, dice que cocino mucho mejor de lo que hago otras cosas.

Y pues mi Valentina hermosa, en el nombre lleva el resumen de todo esto que les digo, quien la conoce sabe que es una guerrera y un amor mi pequeña muñequita de pastel, que recientemente comenzó a enfrentar la vida escolar y va con todo.

Treinta y tres

Septiembre 2015


Que difícil inicio de texto, es la víspera de mi cumpleaños y en un principio tenía mil ideas para escribir al respecto y ahora se han fugado. No es casualidad creo que hay rastros de una evidente depresión post treinta. Será normal que me pregunte ¿qué he hecho de mi vida en todos estos años?, ¿qué he logrado? ¿qué tengo?, las respuestas son obvias sería un tarado si no las viera, resaltan como un cubo entre esferas, si son buenas o malas depende del contexto y aunque me faltan muchas por hacer lo que me intriga es ¿qué viene para mi…?
Imagino que puedo ver mi futuro pero esa develación tiene un precio, es un arriesgue muy grande pues si acaso me asomo a las cartas del vidente que me lo ha dicho y si acaso me dice que hay en ese futuro, al instante se hace polvo y no pasará no se hará realidad, éste inevitablemente se reescribiría. Supongo que si mi futuro es bueno y lo veo se convertiría en otra cosa adversa tal vez, pero si es malo y resulta que hay desgracias y malas fortunas pues me gustaría saberlo a tiempo para que se reacomode de una manera fortuita.
Al final no sirve de nada, o al menos no es lo que busco, prefiero ir descubriendo cada día hasta el último aunque sea hoy mismo, eso también tiene su gustito. Le agradecí a mi amigo vidente por su buena voluntad al querer ayudarme, al menos me quedo con la gracia de saber que sí existe alguien que escribe y reescribe nuestra vida y sus diferentes caminos en donde inevitablemente me he de cruzar contigo. Sabía que todo esto que veo y siento era obra de una gracia divina, es tan perfecto y tan hermoso que no siento que sea pura casualidad.
Con todo y cartas se alejó no sin antes felicitarme por la decisión de esperar los designios originales y desearme unos felices treinta y tres…

Nunca...

Nunca veas a nadie cómo me vez a mi, porque yo me sacaré los ojos por ti.

Nunca desprecies mis temores, porque yo te cuidaré siempre sin que lo pidas.

Nunca me dejes esperándote por estar con alguien más, porque yo te alcanzaré siempre a donde me necesites.

Nunca, pero nunca aceptes el coqueteo de otro, y yo te seré incondicional.

Jamás me dejes verte sonreír por alguien más, conmigo no faltaran motivos para carcajearte hasta llorar.

Nunca digas que te vas a ir, sólo vete y no regreses.


Si no puedes con esto yo jamás podré reprocharte nada porque te amo, pero no seré feliz, y poco a poco me olvidaré de estos juramentos y seguro estoy que en algún lugar está alguien que haría todo esto sin pensar.

Rabia!! o casi...

Hace unos días en una sobremesa salió el tema de los perritos y era más en un sentido dramático que en un sentido visceral, la charla estuvo encaminada a ataques de perros incluidas corretizas, mordidas y arañazos de gatos etc. inevitablemente reviví dos pasajes en mi infancia que encajaban perfecto en el tópico de la tarde…
Tendría escasos seis años, mi madre me llevó un poco a fuerza a visitar a la comadre Martina, un martes de diciembre, era una tarde algo fría, con ganas de no salir y en el pueblo las distancias son relativas y esa edad se me hacía eterno el camino hasta nuestro destino, para que iba Ceci?, ni idea, el punto es que llegamos, en cuestión de minutos mi madre se desconectó del mundo y se dejó arrastrar a los senderos de un buen chisme de comadres, comadres que se ven poco pero que cuando sucede hablan un chingo y por horas. Que hacer en esos casos? básicamente nada, escuchar y callar que fue lo que siempre me dijo mi mamá o me lo gritó no estoy muy seguro, afortunadamente para mi aburrimiento los hijos de la comadre dejaron de ver Don Gato en la tele porque iniciaba ese bonito programa que se llamaba “partidos políticos” lo que les obligo a hacerme caso e invitarme a jugar; salimos al patio, que jugamos? ni idea sólo recuerdo implicaba correr y gritar y también que ellos tenían un enorme perro San Bernardo de cual olvidé su nombre, era algo viejo y transmitía mucha pasividad, aún con esa estampa me mantenía alerta y con reserva de no acercarme, cautela que me duro poco en cuanto comenzamos a destramparnos con las correteadas de un lado para otro, el perrito se me escapó de radar y dos tres minutos después al pasar por su lado se levanto de su letargo y me pegó un taráscazo en la nalga izquierda que me dejó helado de pánico y me puso a llorar de inmediato, cómo habrán sido mis berridos que las comadres dejaron el chisme, salieron en chinga, doña Martina le dio un patín al pobre animal y les ordenó sus hijos me trajeran un bolillo para el susto, mi madre a preguntar que chingados le había hecho al animal, lo bueno que los morros tiraron paro, le dijeron que nada y el incidente sirvió para viera la hora y se diera cuenta que ya había pasado tiempo, mucho y seguro estoy que le preocupaba más que diría su viejo el profe que la mordida que acababa de propinar el San Bernardo, mi temor inmediato después del mordisco era que me pegara la rabia temor que mi mamá y la comadre disiparon al decir que el San Bernardo era de confianza y que cualquier pedo pues ahí estaba… me tuve que conformar, pero años después eso no pudo ser, en realidad mi temor no era tanto la rabia sino las vacunas, sé que debiera ser al revés pero a quien le alegra que lo primero que te dicen en cuanto te muerde un perro es que las vacunas son inyecciones directas al ombligo, el sólo hecho de pensarlo provocaba un puto miedo y desesperación acompañada de un escalofrío, hasta que alguien interrumpía para decir que no!! que ya no era así que ahora iban directo en la espalada, no pues que alivio!! El escalofrío sólo se hacía más largo hasta la punta de las greñas.
Esa vez me salve, pero años más tarde mientras rodaba en la bici haciendo un mandado o llevando un recado el tío Pedro, no recuerdo bien pero yo creo que eran ambas cosas, un perro color mostaza enano y bien pinche escandaloso me pego una corretiza al pasar por una calle, siempre fui muy hábil con la bici hasta esa tarde que me encontré en mi camino unas piedras que me obligaron a mal maniobrar, oportunidad que este animalito aprovecho y me asestó una mordidota, otra vez en la nalga izquierda!! que tendran mis nalguitas que causan sensación. el perro cabrón hizo su gracia y se esfumó, no lo olvido ni el momento ni su figura, pasado el susto lo primero que pensé fue… LA RABIA!! Las putas vacunas para la RABIA!! Y si, no hubo de otra nada más al contarles a mis padres que el recado no llegó y que aparte me mordió un perro me mandaron al centro de salud del pueblo, ahí me recibieron muy amables me escucharon y con toda la paciencia y malicia del mundo me mandaron a indagar a la calle de los hechos sobre el perro, a preguntar de quien era y que si lo encontraba diera parte para que ellos lo mantuvieran amarrado tres días bajo vigilancia y si al cabo del plazo el can no echaba espuma por la boca… pues me salvaba de los putazos en el ombligo o donde fueran. Como mi suerte no ha sido muy buena que digamos, ya ven que soy uno en un millón , pues no encontré ni señas del perro, de nadie era, nadie lo reconoció ni lo había visto nunca jamás. Al regresar con estas noticias al centro de salud, no quedó remedio que iniciar el proceso de vacunación; doce inyecciones, una diaria, lo único relativamente bueno era que se aplicaban en el hombro, esos tiempos de cavernícolas poniéndolas en el ombligo habían quedado atrás. 
Insistiré con lo de mi mala suerte porque en la última inyección del tratamiento justo de regreso a casa, con el dolor de los piquetes en los hombros, vi al pasar por la calle de los hechos relatados a este canino en cuestión, iba muy campante, muy relajado y juro, juro que se burló de mi con su pinche modito de andar el hijo de la chingada!!

Limones a Meses sin Intereses


Marzo 2014

Ya van varios días que me encuentro con el run run de que el limón anda muy caro, que si 40 pesitos, en la verdulería de confianza, que si 55 en lugares especializados como lo es,el tianguis de los martes o que si lo venden en tiendas departamentales a meses sin intereses, incluso en el gualmart te lo dan en una caja con seguro que solo la puede abrir el cajero a la hora de cobrar, en fin muchas diversas y coloridas noticias, pero donde ya no me gusto el asunto fue cuando después de degustar una rica pancita con pata, me pedí mi agüita hecha del mentado cítrico que en combinación con unas semillas llamadas chía resulta ser un elixir muy refrescante, en esas estaba cuando me di cuenta que mi proveedor del vital líquido hubo utilizado saborizante a limón, lo noté porque era mas perfumado el sabor y de un tono verde muy exagerado, no lo culpo, pobre hombre con esos precios, en su lugar haría lo mismo.

Perdón que insista con lo del limón pero conforme pasan los días se esta haciendo una tragedia de dimensiones macabronas, o al menos para mi, que al limón le pongo limón, si no, no me saben las cosas. Como dicen por ahí, nadie sabe lo que tiene hasta que ya no lo ve exprimido, o algo por el estilo, da igual, el punto es que antes, al comprar casi cualquier tipo de garnacha de nuestro amplio abanico culinario- díganse taquitos, quesadillas, carnitas, barbacoa y un amplio y grasoso etcétera, normalmente en los puestos de comida hay un pequeño bufete de complementos que hacen más rica nuestra comida, no pueden faltar unas buenas salsas, cilantro, cebolla, rábanos, incluso frijolitos dependiendo la calidad del puesto, de lo que nunca prescindían, era de unos recipientes que se desbordaban con jugosas rebanadas de limón, podías tomar lo que se te pegará la gana, es más si tu comida era para llevar, era muy común que te pusieran un puñado en la bolsa de tu pedido. Eran otros tiempos, ahora, si tienes suerte encuentras una piedras de color verde, que se supone son limones, que por más que las oprimas no sale nada. Pero ¿porqué está tan caro?; es un pedo tratar de entender, lo que se dice y dice es que es por lo que pasa en Michoacán, ¿y que pasa en Michoacán? - para empezar Michoacán es el máximo productor de limón del país, cosa hermosa muy bonita y admirable, ¡que bueno!, lástima que también los habitantes de esas tierras estén intentado acabar con una organización criminal que los trae a raya, (otro tema igual o más complejo al que no me quiero meter, por lo menos hoy no) el punto es que este hecho ha generado mucha violencia y por lo mismo no deja que los productores muevan su mercancía como normalmente lo hacían, luego entonces el precio se fue a las nubes, y si le preguntas al encargado de puesto de verduras te dirá, con una falsa expresión – huy joven pues ya ve, este pinche gobierno todo sube, y luego lo de Michoacán, aunque no tenga ni idea de lo que habla, incluso puede ser que tenia una caja guardada, por ahí o es más que su producto ni venga de la tierra caliente, pero como esta de moda decir que esta caro pues te chingas y a pagar 50 pesos o mas. Debería pensar en sacar provecho de esta situación, para empezar se me ocurre que puedo patentar la frase "ya no le eches limón a la herida" y cobrar cada que la utilicen, total esta así, por lo que pasa en Michoacán.

Oooootra vez un Asalto!!

Marzo 2014

Veamos, hoy aprendí que es malo que te asalten, más que malo es algo que causa mucha impotencia, el deseo se transforma en algo aberrante e igual de estúpido que la causa que lo genera, porque lo que produce son unas ganas de patearle salva sea la parte al maldito agresor. En fin no puedes hacer mucho frente a dos tipos armados en un pequeño e incomodo transporte,-estúpidamente creía que podría ser "mas seguro"- ¿en donde más? en el Establo de México... -ese no es el tema no me quiero desviar- pero que raro.
En fin, lo que quiero compartir en si es lo siguiente: es bien sabido que cuando alguien es muy ducho en un oficio o profesión tiende a especializase en un rubro de su ocupación, por más modesta o compleja que pudiera ser, así por ejemplo tenemos al que estudia medicina, son chingos de años, al terminar puede ejercer y dar consulta o emplearse o bien, quemarse las pestañitas unos añitos más y especializarse para atender sólamente pedos del corazón, o cualquiera que sea, para este ejemplo da igual, lo mismo pasa con alguien que estudia mecánica, le chinga y un buen día se le ve sólo destapando transmisiones, o sólo dedicado a los frenos, igualmente que en el caso del doctor, para este ejemplo "da igual".
Regresando al motivo de este texto, los angelitos que se subieron al transporte, no eran como cualquier raterillo de barrio, no, estos también eran especialistas, comenzaron su labor con una linda expresión peculiar, pero muy convincente: "Pues bien, ya saben como esta el pedo, no queremos carteras ni monederos, sólo saquen los celulares, y no quieran hacer los valientes por que les meto un plomazo", y que te queda, cuando ves que al mismo tiempo que despotrica su discurso muestra que efectivamente tiene con que cumplir la amenaza, queda un sabor menos amargo al saber que coopere con unos especialistas, y no quedó duda que lo eran, despojaban a todos y lo hacían solicitando marcas, porque al final solo tuvieron que esperar unos momentos antes de iniciar el atraco, lo suficiente como para que la mayoría viera la hora o mandara mensajes, porque seamos sinceros cuantas veces sacamos el puto teléfono aunque sea solo para verlo, para poner la contraseña ver la hora y guardarlo de nuevo, acciones muchas veces sin sentido porque unos minutos, que digo minutos, unos después repetimos la misma manía, como micos amaestrados, no sé, se me figura que estamos cuidando que las apps sigan en su lugar, bueno, mientras recogían los teléfonos, de repente alguien entrego un aparato que para ellos resulto nada atractivo, enseguida se ofendieron y lanzando improperios exigían el "bueno", no te hagas, esto que es, saca el bueno, -supongo que solo querían de xperia para arriba, creo que ni los nokia aceptaban- pero aquí surge otro problema, si no traes un "buen celular" puede ser motivo de insultos o que te pasen báscula, pero si de plano no traes por que fuiste víctima en el transporte anterior de otros especialistas, puede ser motivo de una madriza o de un "plomazo".
Cuídense, donde quiera que anden, por ejemplo, el paradero del Metro Rosario.

Los Profes

Mayo 15 2014

Es muy común encontrarse o saber de familias que la mayoría de sus integrantes comparten una misma profesión, a veces por costumbre, otras por admiración incluso la casualidad pero muchas tantas por que es ¡a huevo! Y es que desde el tatarabuelo todos se han dedicado a lo mismo.
Así, tenemos que hay familias de abogados, taqueros, doctores, arquitectos, ingenieros, policías y un largo e infinito etcétera. A mi, me toco una familia de Profesores. Excelentes Profesores tíos, tías, mi hermana y por supuesto mi papá, dicho sea de paso aparte de ser mi maestro de vida fue mi maestro de matemáticas en la secundaria, de hecho lo poco que aprendí de números se lo debo a él.
Tengo muchas historias de mi padre siendo mi maestro, -esta dualidad fue muy extraña- me llevaría un buen rato escribiendo pues fueron dos ciclos los que me dio clases, puedo decir que recibía propuestas de algunos de sus alumnos para cambiar calificaciones finales o para que intentara persuadirlo de no reprobar a tal o cual individuo, todo esto a cambio de dinero –jamás lo hice- . De lo más destacable que recuerdo, fue un día que llegue tarde a su clase; también, a quién se le ocurre poner matemáticas después del descanso- confieso que me confíe, nunca creí que me negaría el acceso, es mi papá pensé, diez minutos, no pasa nada, sólo que estaba omitiendo una pequeña aclaración que él hizo al respecto el primer día de clases, recuerdo que… palabras más palabras menos dijo: "Como algunos de ustedes saben, en esta clase esta mi hijo, pues bien, este hecho no cambia en absoluto mi comportamiento, él, es y será un alumno más, no hay privilegios ni consideraciones especiales". -¡Madres! Me puse nervioso, me sentí observado, y sí, pues todos mis compañeros habían volcado sus miradas a mi lugar. Fue como en las películas, cuando alguien está en la cárcel y se queda sin la protección del manda más, al final no pasó de que me negara el acceso a su clase, que me pusiera tarea extra en casa -obvio de más matemáticas- y que mi madre me regañara.
¡Felicidades papá! Por mucho el mejor profesor que he tenido. -Por cierto, que puntería tuvo mi madre que un día como hoy pero hace ya varios años, varios, le dio como regalo el nacimiento de mi hermano-
Y a ti hermanita hermosa, que has decidido seguir sus pasos, yo aún tengo esa espinita, y quién sabe… igual algún día me atreva a hacerlo.

Me das un TON?

Octubre 2014

Recién me di cuenta que tengo una carga emocional muy extraña, es como si trajera un expendio de buena vibra, que aunque suena a toda madre, no deja de extrañarme, -me describí como un hada madrina que reparte luz, creo- hasta aquí son palabras sin sentido pero trataré de explicarme.
Desde que entre a trabajar formalmente he tenido la suerte de conseguir aventones, raites, o como le digan ya sea por casualidad por necesidad o por lo que sea, pero siempre ha habido alguien que ofrece llevarme cerca de mi rumbo o incluso hasta mi casa, buenas platicas buenos recuerdo de toda la banda que se me ha llevado en su auto. Esta constante tiene una extraña consecuencia, todos los que me han dado raite de una manera constante –entiéndase diario, o casi diario- cambian de aires, ya sea por que los corren, porque encuentran nueva chamba, o simplemente le dan un giro a su vida y cambian de residencia, en todas las situaciones les ha ido muy chingón, -espero no haber sido la causa de que hayan tomado esas decisiones, honestamente ha sido buena suerte nunca hostigué a nadie-. Recuerdo a casi todos, al buen Enrique de mi primer trabajo, ese compa me daba un ton corto, ponía buena música en un veloz ATOS, un compa obsesionado con los celulares de última generación -Estoy hablando de años antes del iPhone, me refiero casi casi al Startac,- . Por esos días también me daba aventones mi jefe, el Gallo, ese vato me llegó a prestar su nave algunas veces, otras tantas me llevo a mi casa era un PEUGEOT 206, el Gallo en cuestiones de chamba tenía un genio de la chingada, una mecha muy cortita, pero muy buen pedo fuera de. A ese compa lo corrieron el mismo día que a Quique. 
Cambie de trabajo, más lejos, tenía que levantarme más tempra, fue sólo por un rato hasta que hice amistad con un compa que resulto vivir cerca de mi casa, lo suficiente para ganar una hora más de sueño, Iván me llevaba hasta Santa Fe en un JETTA Rojo, igual por un rato por que un día me contó que le habían hablado de una chamba y se iba a cambiar. 
Algunos meses después también encontré una nueva oportunidad, que es donde actualmente estoy laborando, ya tengo un ratote aquí, he encontrado buenos amigos y muy buenos aventones, recuerdo a María Duh, excelente colega, que buenas platicas y buenos momentos en el POINTER Negro, me acercaba a Barranca del Muerto, pues iba por mi expósita al sur, no era seguido pero si varias veces por semana, hasta que un día renunció y se jaló para Veracruz. O cómo olvidar a Erika Espino que varias veces nos toco quedarnos tarde por la chamba y que vivía muy cerca de mi casa, me dio ton algunas muchas veces en un YARIS Gris, igual hasta que renunció y se fue a Baltimore con su vato, o de la Werita de Rancho Jocelyn Gasca Candiani, que algunas veces me llevó a Polanco, atrabancada la morra, manejaba muy velozmente un CIVIC Azúl muy chido, pero un buen día decidió abortar la misión y se dio a la fuga, yo creí que a ser mamá pero no, parece que sus planes solo eran cambiar de aires, de igual forma que Paulina Vazquez que chida vieja es a toda madre, me llevó varias veces también a Polanco, esto está chido, porque con ella fue primero en un CORDOBA Rojo, y luego en un VENTO Blanco, buen intercambio de información –entiéndase chisme-, y buenas risas pero también sólo fue hasta encontró otro trabajo, y así un día partió hacia nuevas oportunidades.
Ya no se si están en orden de desaparición ha pasado tiempo; nunca me había detenido a pensar en esta extraña coincidencia, hasta que se fue mi compa Enrique Peñaloza, el me daba ton de rebote a Atizapán, por autopista de cuota, -que buena suerte pensé llegaba en chinga a mi jaula- el Quique manejaba siempre con mucha precaución primero en un MAZDA Gris, luego una CRV Azul y en ocasiones un MITSUBISHI Arena, su esposa trabajaba igual que nosotros en Santa Fe, así que el regreso era con ambos, que chingonas platicas, con ellos surgió una amistad chida, han ido a mi casa conocen mi familia, muy chingón cuando me platicaron que su manada iba a crecer, pues pronto vendría una nena, cuando el renunció me surgió esto, pensé: que cagado toda la gente que me da ton se va, es mucha coincidencia creo, porque justo por esos días y para rematar mi vecino Robert que en ocasiones me lleva en su potente SENTRA azul, me dijo que se va a cambiar de depa porque ya esta hasta la madre del tráfico. ¡Ya no!, mucha pinche coincidencia.
Al final creo que la gente cambia siempre, de casa de trabajo, de vida es una constante en todos lados, he tenido muy buena suerte y muy buenos recuerdos, esta remembranza es más bien para agradecer a mi manera tanta molestia que pude o no haber ocasionado. De tal suerte que si quieres cambiar de trabajo, de aires o de lo que quieras, vivo por el norte de la ciudad por si te queda.

Una más del Transporte Público


Noviembre 2014

Un día cambié mi rutina, decidí no levantarme temprano, pensé que era saludable de vez en vez permitirme un respiro y no ir al ejercicio, -y desde luego que lo es-, sólo que nunca imaginé que esta decisión me pondría en una situación peligrosa. De ese día recuerdo casi todo, me desperté a la misma hora -Más bien el celular se encargó de hacerlo-, también recuerdo el segundo exacto en que decidí quedarme a dormir un poco más y obvio posponer una hora el sagrado ritual del aseo y arreglo personal, aquí esta la clave de todo, pues opté por ponerme una chamarra que hacía mucho no usaba, fue un regalo de mi carnal, una prenda camuflada.
Salí con buen tiempo incluso deje pasar dos o tres autobuses hasta que llegó un con asientos disponibles, más menos es un viaje de una hora hasta la estación del metro más cercana, creo que es mucho tiempo para ir de pie y a la vez es poco tiempo para una “jetita”, cómo sea siempre es mejor lo segundo. Diez minutos después había una pandilla de monos asaltando al chofer y a todos los pasajeros, los vi y lo presentí, intentaron subir a otro camión, éste cerro sus puertas y se movió a prisa, pero el chofer de la unidad donde yo dormitaba decidió subirlos supongo que pensó que la cuenta iba floja, pero su decisión solo provoco que de desplomara más y no sólo la de el sino la de todos sus pasajeros. 
Palabras más palabras menos, para lo asaltantes no éramos menos que unos hijos de quien sabe cuantas madres, obvio putas, porque nunca dejaron de repetirlo, incluso para que quedará claro soltaron dos pistolazos al aire o al piso no se, -Nunca había percibido el olor de la pólvora con tanta impotencia y temor, y así tan de cerca- eran seis ratas, subieron rápido por la parte de adelante, todos armados y coordinados; dos se fueron para la parte de atrás, uno con el chofer, uno en el pasillo central, uno en la puerta delantera y el último, el más desequilibrado, alterado, loco, pendejo estaba revisando y amedrentando a todos los pasajeros. Comenzó por mi, cuando le llamó la atención mi chamarra camuflada, de un salto estaba a mi lado y preguntó “¿tú que sientes con tu chamarra?”, yo lo miro al los ojos y al instante me acomoda un madrazo en la cabeza con la pistola, al mismo tiempo que pregunta “¿que me vez?, viéndolo de nuevo le iba a contestar que nada, y sin dar tiempo dijo “¿haz de querer otro?” pero esta vez no me dejo contestar - Obvio iba a decir que no y el ojete me aderezó la pregunta con otro cachazo-, me pasó báscula, sacó dinero y teléfono, se ríe y me dice amenazando con asestarme un tercer chingadazo “hay puto traes un iphone” -neta pensé que me lo acomodaba de nuevo- al final sólo hizo la finta y siguió con los otros pasajeros, era culero el compa, a la morra que estaba atrás se la hizo gacha pues el celular que le entregó para el no rifaba; amenazo con madrearla si le encontraba “el bueno”. 
Todo el show del asalto paso rápido no más de seis siete minutos, al instante de los chingadazos y de la amenaza no sentí miedo, al contrario lo que experimenté es cómo si me abrazara alguien y esto me invadiera de una paz tranquilizante muy extraña, creo en Dios no creo en sus emisarios fanáticos, así que estoy seguro que él estaba ahí, esta paz y esta calma me hicieron pensar que era mi hora, no lo se, hacía poco que por menos que esto que cuento le metieron dos balazos a un morro en la misma ruta, incluso este tipo dijo que no quería héroes por que se llevaban un plomazo en la cabeza a su casa; tuve suerte, mucha los golpes sólo me hicieron sentir un calor impresionante en la cabeza, un pequeño hilo de sangre y es todo, de cualquier forma terminé en el hospital de traumatología Lomas Verdes con un neurocirujano que al ver una radiografía me dijo que tenía suerte y una cabeza dura, porque normalmente estos golpes terminan en fisuras craneales -Que chingón es por cierto, ahora las radiografías son digitales, te la toman y cualquier médico del hospital la puede ver en tiempo real, con sólo teclear el nombre del paciente- 
Lo que si me da mucho miedo, terror, es terminar en una portada de periódico, con un coqueto encabezado hecho con las patas o sacado de la cola; todos los días las veo y cuando creo que estos cabrones que las escriben no me pueden sorprender más, siempre se esmeran los hijos de la chingada.

Maximum Laurus

Diciembre de 2014


Antes de empezar esta historia tenía todas las palabras listas, al menos eso parecía, sin embargo cuando me senté a escribir se esfumaron, en fin trataré de hacerlo de la mejor manera posible, aquí voy.

Les quiero presumir que hace un par de días fui reconocido con un galardón que entrega la empresa donde laboro, es un reconocimiento al esfuerzo y desempeño de sus colaboradores, éste se entrega mediante una nominación que hacen los propios compañeros, es decir que hay un proceso de votación y se elige a los ganadores democráticamente, -algo así cómo el empleado del mes, obvio guardando toda proporción, siempre había visto esas paredes de restaurantes o establecimientos donde se colocan las fotos de los empleados del mes, me llaman mucho la atención, imagino que debe ser muy gratificante saber que valoran tu esfuerzo- aquí en la chamba este reconocimiento se llama "LAURUS" -en alusión a la corona de laureles que entregaban a los antiguos romanos a los hombres que destacaban por su valor o méritos deportivos que a su vez era señal de engrandecimiento y fama ¡ay güey!- el "LAURUS" se entrega anualmente, hay cuatro categorías, éstas representan los valores de la empresa; hay una más que se llama "MAXIMUM LAURUS", ésta es la que me entregaron la que gané, jamás imagine se acreedor a tal reconocimiento no porque no valore mi trabajo pero al estar en un área de servicio siempre creí que era difícil destacar, porque como ya lo dije, son los mismos compañeros los que nominan y al final los que deciden, algo así como un diputado me imagino, sólo que sin campaña amañada ni dádivas por debajo del agua, esto es un proceso honesto.
Imaginen una cena de fin de año, toda la oficina reunida en un espacio muy coqueto muy a gusto, algunos pisteando otros ya medio jaladones por no decir pedos, de repente entre desmadre y cervezas comenzó la entrega de éstos reconocimientos, el mero patrón al frente micrófono en mano comenzó la parte formal del festejo, insisto jamás lo vi llegar, llevo ocho años trabajando y este show siempre había pasado sin pena ni gloria, -hasta esa noche-; se entregaron las cuatro primeras categorías, pasaron los ganadores, los que estaban, hubo un par que andaban de viaje chambeando, se les marcó por teléfono para darles la buena, dieron un breve discurso se les aplaudió y tan tan, la ceremonia seguía en su parte final, la entrega del "MAXIMUM LAURUS" que viene siendo algo así como la conjunción de todos los valores, nuestro jefe decía un speech previo a decir el nombre del ganador, tiempo que aproveche para darle un pegue a mi vaso de cerveza oscura ¡y madres! a medio trago escuche mi nombre, estaba impávido pasé al frente ni tiempo de limpiar los bigotes, hacia donde me dirigía me esperaba un abrazo del patrón una corona de laureles, una medalla y obvio el micrófono por que había que decir algunas palabras, si escribir me cuesta, hablar en público no es para nada una cualidad mía, la emoción ayudó bastante agradecí a todos en un breve muy breve palabrerío, después con corona de laureles en la cabeza y medalla al cuello recibí abrazos y felicitaciones muy sinceros de mucha banda que se acerco, también me gané uno que otro sobrenombre, algunos me dicen Máximo otros Lauro, y así por el estilo. 
Después de ocho años por fin gané algo, saben siempre me había quedado un lugar atrás, la empresa se caracteriza por hacer valiosos y diversos concursos para integrar a sus colaboradores, una vez organizo una competencia para bajar de tamales, el premio era un viaje, le entre, logré deshacerme de casi 14 kilos, pero no fue suficiente para ganar me quedé a una diarrea de irme de vacaciones de a gratis. Otra ocasión hubo un concurso en día de muertos para tunear la isla de trabajo la temática era sencilla una ofrenda o algo de Halloween, con el equipo ideamos un laboratorio zombie, para lo cual cubrimos el perímetro con plástico, ese que se utiliza para proteger cuando se pinta en interiores, simulaba perfecto las paredes, mismas que salpicamos de pintura roja, conseguimos utensilios de laboratorio, y con mucha creatividad quedo una propuesta muy chingona, pero igual quedamos en segundo lugar. Pensé que siempre sería así, sin embargo fielmente creo que este "MAXIMUM LAURUS” no tiene madre, representa mucho para mi, más que cualquier otro premio.

miércoles, 3 de abril de 2019

Me Gané la Lotería

Había planeado o por lo menos pensado en este relato desde que tengo conciencia, creo, hay muchos detalles que dejaré para mis propios demonios, otros tantos se tergiversaran por el simple hecho de que ya paso algo de tiempo y no tengo tan buena retención.
Fui víctima de una extraña y rara enfermedad a los tres años, comenzó con unas calenturas de treinta y nueve/cuarenta grados —odio esta palabra, al menos me causa una doble impresión pero el grueso de mi familia y de los mexicanos así le dice cuando sube la temperatura del cuerpo— estos niveles son peligrosas ya que deben, a huevo llamar la atención de los padres, o de quién te cuide, espero; al menos a mis padres no sólo les llamo la atención sino que les preocupo y les ocupó al menos a mi padre por que mi mamá se tuvo que quedar sosiega; ya que estaba embarazada… muy embarazada de mi hermanita y esta cabrona con un torniquete de tres vueltas de cordón umbilical al cuello. No debió ser fácil ir de médico en médico gastando y obteniendo nada —desde entonces y algún tiempo después de que supieron que enfermedad me atacó, buscaron y busqué respuestas en cuanto médico, charlatán, brujo o quién fuese recomendado— hasta que alguien honesto le sugirió a mi papá que, si contaba con algún tipo de seguridad; pues echara mano de tal servicio ya que no había ningún puto antecedente por ningún lado de que madres me pasaba. Quiso el destino y la suerte que mi madre y yo nos quedáramos en el mismo hospital al mismo tiempo sólo que en alas contrarias, ella pariendo a mi hermanita por un lado y yo, al otro siendo diseccionado porque para entonces había perdido la movilidad en las extremidades inferiores. Después de que a mis tres añitos ya podía caminar, mi piernas se volvieron de trapo y esa incapacidad de movimiento avanzaba sin que hasta ese momento se tuviera una idea clara de que rayos pasaba.
Nació mi compañera, salió mi madre y yo me quedé, dicen que un par de meses; para mí fue una maldita eternidad. Pobre de mi viejo le debo varias pero esta sí que no podría pagarla con nada, lo bueno es que es fuerte, soportar la angustia del parto y las pocas noticias de mi padecimiento… no cualquiera. Ese hospital y yo tenemos historia y cuentas pendientes, quién diría que años después mi padre estaría ahí un largo rato; que lo salvó de milagro o que acogió a mis dos abuelas cuando pasaran unas vacaciones largas en ese lugar —una más que la otra y en distintos tiempos; y circunstancias— incluso años después entrego al sueño eterno a mi abuela Isabel, cuando una madrugada de diciembre se fue.
Polioneuritis, ese resulto ser el nombre de mi padecimiento, lograron detener el avance de la inmovilidad, pararon las altas temperaturas pero hubo consecuencias; yo era una poquebola, los huesos y tendones de mis pies quedaron atrofiados para siempre, condenado a usar aparatos ortopédicos con fierros a la cintura y a las burlas de niños crueles sin piedad que hicieron de mi autoestima un tapete de central camionera en Semana Santa. Al salir de aquel lugar tenia muchas novias y regalos, eran de las enfermeras que me amaban o me tenían mucha lástima no lo sé pero estoy seguro que hicieron de mi estancia en ese lugar un poco más soportable. Me cuentan mi abuelo y mis parientes que mis berridos y llanto se escuchaban a varios pasillos después de despedirse de mí, francamente creo que exageran, incluso llegaron a considerar las visitas por evitar esta terrible escena. Aprendí a caminar de nuevo -bueno medio a caminar- debido a las secuelas, mis pies estaban chuecos como encontrados, mi centro de gravedad se vio afectado y vivía la mayor parte en suelo a consecuencia de los tropezones. Fuimos como ya dije con cuanto personaje nos recomendaran, nada más de recordar tanto ir y venir me deprimo, es sorprendente cuanto dinero gastaros mis viejos en tantos charlatanes, incluso estuvimos en sesiones espiritistas para tratar de encontrar una cura para dejar este lastre, a nadie más que a mi me importaba librarme de todo esto, soñaba con un día despertar y ver mis pies normales sin ninguna deformidad, pero aún me faltaba harto camino por andar.
Estaba tan perdido y errado en lo que padecía en verdad que no tenia ni idea de que diablos era lo que me pasó, esas infructuosas consultas me dieron recetas y remedios estúpidos e inservibles; como usar zapatos especiales, pomadas, caminar de puntitas, y de talones alternando diez minutos y diez minutos alrededor de la mesa del comedor, incluso a andar descalzo o a usar calzado al revés y mil más.
Hasta que un día mi suerte cambió por completito gracias a una buena recomendación, inteligente y sensata porque me condujo a lo que sería el mayor y duro golpe a mi padecimiento, esa señal me llevó al Hospital Shriners, recuerdo que llegue a mi primer cita con toda la ilusión y deseo de que me ayudaran, ese día mi madre me despertó de madrugada me alisté y salimos estando oscuro aún, sería una larga travesía por la ciudad que incluyó camiones, metro, combi y un taxi por que nos perdimos por los rumbos de Coyoacán, llegué por mi propios pies —chuecos pero servían, con tropiezos pero no me cargaban cómo a muchos otros que tenían el mismo destino y que me encontré en el acceso del hospital— ese día conocí a dos demonios horribles tan distintos e iguales, el primero me hizo ver por primera vez de manera cruda la realidad de muchos niños y jóvenes que hacían de mi enfermedad una simple gripe, conocí de frente las consecuencias del fuego en la piel de muchos pequeños, vi dos niñas unidas por la abdomen, compartiendo el hígado y el riñón, vi el esfuerzo y trabajo que le costaba a un señor el cargar a un joven sin piernas que venían desde el culo de mundo buscando ayuda, por primera vez me sentí afortunado, ese día entendí que siempre habrá alguien que sufre más que uno, y que tu desgracia es tan egoísta frente a la de los demás, por un momento me vi curado. De repente y sin darme cuenta me estaban llamando para presentarme a mi segundo demonio, no sólo me dijeron como se llama sino que ¡no tiene maldita cura! porque ya la había recibido, lo que yo buscaba en realidad —sólo que sin saber— era una reconstrucción estética o por lo menos algo que me sacara de los suelos y librara a mis rodillas de tanto madrazo, ese maldito demonio se llama Síndrome de Guillan-Barre, es un problema de salud grave que ocurre cuando el sistema de defensa del cuerpo ataca parte del sistema nervioso por error, es decir que mi cuerpo se estaba auto destruyendo, y lo mas cabrón que me dio hasta miedo y coraje a la vez, fue enterarme que no es algo común, que ataca a una persona de cada cien mil adultos y que en niños es más raro, le da a uno en un millón, es cómo ganarse el melate de las desgracias creo.
No fue fácil que me aceptarán en el Shriners, esa primera cita es de valoración a muchos los regresan porque les hablan con la verdad cuando no hay nada que hacer, en ese entonces había que librar unos estudios socioeconómicos, investigaciones y muchos tramites. Cuando por fin logré ser paciente me quedaban algunos años antes de cumplir los dieciocho que es el limite de edad que permite el hospital, pensé que sería suficiente para lograr una mejoría notoria, la realidad es que me intervinieron quirúrgicamente dos veces, en tiempos distintos primero un pie y luego el otro, al final el resultado me dio una mejor condición, los cirujanos cortaron tendones limaron huesos y otras cosas más para reducir lo chueco de mis pies, desde entonces me caigo mucho menos, lo importante es que tenia la promesa de que sería intervenido un par de veces más para dar el gran paso, y dejar mis pies muy coquetos, el pedo es que ese día nunca llegó el jefe de cirugía del Hospital Shriners, valoró mi caso y me dijo con toda la sinceridad que se le puede hablar a un niño, —Hoy caminas y te vales por ti mismo, yo te puedo operar y dejar tus pies muy bonitos, pero no te garantizo que puedas caminar al cien, si fueras niña entendería que deseas unos tacones hermosos, pero eres hombre y los hombres somos feos, entonces ¿que quieres? ¿El noventa por ciento de algo o el cien por ciento de nada?, o sea ¿qué prefieres? ¿unos pies de concurso pero sin poderlos usar? o ¿quedarte como estas y andar por ti mismo? —
No hay mucho que adivinar opté por quedarme cómo estaba, me sentí bien y me sigo sintiendo bien con esa decisión, no ha sido fácil la gente aún me ve caminar y no me quita la vista de los pies, mis calzado se hace horrible pues adopta la figura de mis huesos deformes, uso sólo tennis, otro tipo de zapato me hace la vida imposible, neta que la sufrí chido me hicieron miles de radiografías, si pudiera sumar las horas que pasé frente a las máquinas de rayos-X seguro sería un numero importante, no hay mucho por hacer ya, en realidad un día me acepté como era y deje de hacer intentos realmente estúpidos por ocultar mis deformidades, aunque no pueda estar mucho tiempo de pie o correr he sabido librarla de la mejor manera, no hay que ser el mejor sicólogo para escudriñar y conjeturar que mi autoestima casi se extingue; me gané mil apodos y burlas realmente me hicieron ver mi suerte en los primeros años escolares, —Recuerdo los días de estar internado, había muchos niños esperando cirugía yo hacia todo solo, bañarme, comer etc. Y la gran mayoría no, así que en cierto modo también del otro lado sentí algo de rechazo— me sobrepuse a todo y si me conoces tal vez ni te hayas dado cuenta de todo lo que escrito.