martes, 8 de septiembre de 2015

¡Entonces habría que amputar el cachete!

Recuerdos de secundaria, tuve la fortuna de pertenecer a dos grupos el "B" y el "F" un ciclo con el primero y los últimos dos con el segundo, esto me dio la enorme satisfacción de poder conocer chingo de gente y de hacer excelentes amigos, también estuve en dos talleres, Electricidad y Contabilidad, del primero recuerdo a un compa llamado Hugo, y lo rememoro porque un día ese vato traía una lagartija amaestrada o eso creía el y yo también, se le ocurrió tratar de espantarme en plena clase de amarres eléctricos y conductividad, colocando de manera sigilosa dicho reptil cerca de mi mejilla derecha, el plan era sencillo; en cuanto sintiera la presencia de esta cosa yo voltearía y me espantaría, y funcionó, ¡funcionó perfecto!, el pedo es que ambos, lagartija y yo nos espantamos por igual sólo que ella de susto se defendió, brincó y se aferró con sus mandíbulas y todas sus diminutas, diabólicas y jurásicas fuerzas a mi cachete, me mordió la culera!!. Hugo también se espantó supongo, o se rió, o se rieron todos, -esto último es lo más factible-, no recuerdo bien que sucedió después, lo que sí recuerdo es que llegué al centro de salud que estaba a la vuelta de la escuela aún con ese animal colgando de mi cachete y a una malvada enfermera riéndose de mi desgracia y amenazando con que si al colocar una gasa con agua oxigenada en la mordida ésta hacía espuma seguramente la lagartija no era lagartija sino una alimaña ponzoñoza de veras y por consecuencia habría que amputar el cachete.
Del segundo taller que les digo? no hay mucho salvo que ahí estaba ella...

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