jueves, 6 de agosto de 2015

Mi viejo yo

Después de algunos años regresé a mi vieja casa, no para quedarme, sólo porque necesitaba unas cosas que creí haber dejado... Todo cambió nada es como solía ser, el Abuelo ya no grita como antes, mi padre dejo de beber, de andar con tantas mujeres y ya no les pega a mis hermanos, mis primos dejaron las drogas, incluso las tías lejanas e incomodas han llegado a vivir ahí, mi hermano mayor les ha construido una choza en el viejo árbol junto al granero, son cuatro y son una sola a la vez.
Lo mejor es que hasta una lava vajillas hay en la cocina, los pequeños bebés se bañan a escondidas en ese armatoste, desde que mi madre se fugó con aquel prestidigitador nadie había cocinado y menos aseado ese espacio de mi viejo hogar... siento mucha felicidad por ellos... y una cierta nostalgia porque parece que sólo esperaron a que me fuera la primera vez para cambiar...
Lo malo es que traigo conmigo todo esa herencia y no se como quitarla de mi ser, tal vez si me paseo por una llamarada grande hecha con mis tristezas y rencores logre chamuscar ese maldito rastro de mi pasado.

No hay comentarios: